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José Ruiz

Bogotá-Colombia, 1994.

Es artista e historiador de arte. Su práctica artística y curatorial indaga por la actualidad del pasado y gira en torno a la revisión y recopilación de archivos de prensa, fotografías, e imágenes de cine, arquitectura y gráfica popular.

TEXTO CIERRE ignoranciala.com:

La residencia de José comienza con una publicación que enuncia “hoy hace un año” y propone un viaje del pasado al futuro, un recorrido desde atrás hacia los días por venir. Este texto lo escribo a casi un año del 21N, (19 de noviembre del 2020), cerca a cumplirse un año del Paro Nacional. Hago esta relación porque mi recepción de las imágenes que componen este proyecto está ligada al recuerdo que tengo del cubrimiento en redes que hizo José durante los días que siguieron al estallido del 21N en el país.

Este proyecto se trata sobre el acto de recordar. Recordar es traer a la mente algo del pasado, invocar algo que ya no está en el presente, nombrar cosas, sucesos.

La táctica para realizar este ejercicio de evocar el recuerdo propuesta por José fue utilizando la estética de Instagram para generar unos anuncios casi idénticos a los que la plataforma genera para dar recordatorios, algunos reales y otros escritos por él; imágenes juguetonas de apariencia técnica que proponen al espectador paradojas filosóficas: Lo sentimos, no puedes eliminar tu propio usuario de los recuerdos, o las redes sociales contienen imágenes que pueden o no ser reales. Esto intercalado con fotografías de lugares casi vacíos de la ciudad, situaciones un poco anodinas y en los casos en los que aparecen personas solo se ven sus sombras, sus caras tapadas, sus espaldas o se les ve des-enfocados por el movimiento. Sobre las imágenes se pueden leer distintos llamados para el hoy: hoy anarquía, hoy quizás, hoy en otro lugar.

La relación que propongo para pensar estas imágenes radica en el subtexto que encuentro entre lo que en ellas sucede con lo que sucedía en las imágenes de hace un año: cúmulos de objetos relativos al paisaje urbano, personas aglomeradas en un espacio lleno de humo. Los restos en las imágenes de la residencia me remiten a un “después” de las imágenes del 21N, por ejemplo pienso en unas oficinas vacías después de un disturbio. Los letreros sobre las imágenes me remiten a la sensación con la que quedé (sigo teniendo) después de esas semanas: una combinación de desasosiego, ilusiones desplazadas, energías contenidas y frustradas. El silencio después del caos.

Pienso en el clima emocional de aquellos días, registrados hace un año por José, como si hubieran sido un presagio de los tiempos extraños que vendrían después, una especie de pre-apocalisis, un estallido y un revuelto de energías previos a la calma tormentosa que luego cubriría el año actual. La contraposición de las imágenes es incuestionable, el proyecto propone lugares vacíos, ocupados únicamente por objetos desordenados, un carro volteado, una oficina con el techo caído, un terreno baldío con unas sillas de oficina, propone unos cuantos grupos de personas aturdidas por los gases lacrimógenos. Los recordatorios son una especie de burla seca al lenguaje y a la forma de pensar que las dinámicas de internet parecen estar instaurando con fuerza: inmediatez y censuras, el internet es quien nos dice que podemos recordar, para que nuestra memoria tiene espacio y tiempo.

Las imágenes nos son una cosa estética, y no podemos aceptar que la sobre acumulación de imágenes sea una forma de sepultarlas y dejarlas pasar sin relevancia.

Hay imágenes, com ideas, que es importante mantenerlas actualizadas.

Hoy salimos a las calles nuevamente.

 

ignoranciala:

Alejandra Jaramillo | 20.11

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